miércoles, 5 de octubre de 2011

LAS MUJERES DE LA CALLE COMO ROSA

Quiero poder pararme de la cama
intento abrir mis ojos, mientras mi mente recuerda en fragmentos la noche anterior
logro pararme de la cama, pongo un pie suavemente en el piso y otro dentro de las cobijas;
no es suficiente porque todo me da vueltas, creo que ayer tomé más de lo que debía 
no puedo encontrar la salida, no estoy en mi casa, no conozco esa puerta, ni esta cama, ni esta guitarra
no conozco el tipo que está al lado de la cama de la que yo me desperté,  ¿qué hice?, me pregunto miles de cosas mientras me toco mi cuerpo para sentir mi ropa, pero resulta que tengo una camisa de hombre y no tengo ropa interior, la perdí, me la quitaron, me la quité, no me puse, no sé, ya no la tengo desesperadamente me toco el pelo, el tipo está abriendo los ojos y yo parada en frente de la cama sin saber que hacer lo miro e intento preguntarle quién es y cómo pasó; él se ríe, se para de la cama y me estira la mano para pasarme mi ropa interior, yo las agarro fuertemente y salgo del lugar y me encuentro con una fiesta, estoy en la sala de un apartamento con una camisa de hombre y mis interiores en la mano; nadie me mira todos parecen estar concentrados, borrachos o quizá no me ven porque no existen, no entiendo que me pasa, siento como si flotara,  abro la puerta de la casa, bajo las escaleras del edificioo y corro, la calle está sola y yo espero un taxi, pasan dos, tres, cuatro taxis; ninguno para y así es como ELLAS SE SIENTEN CUANDO TERMINA LA NOCHE EL DÍA DE SU TRABAJO; SE SIENTEN VACÍAS Y SOLAS, SIN  A QUIÉN PODERLE PREGUNTAR ¿QUÉ ESTÁ PASANDO CON MI VIDA?.

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